martes, 14 de abril de 2020

Plan lector


    Plan Lector 

  Día 15 de abril del 2020  5to

Nota:

  -Para la siguiente actividad tendrás que leer el cuento de Horacio Quiroga el 
   cual se llama “La abeja haragana”.

  -Este cuento es un poco extenso por lo cual se realizar la lectura en 2 partes.

  -Espero que te agrade, usa tu imaginación mientras lees, esto te ayudara a               comprender mejor la lectura.

   -La siguiente actividad tendrás que realizarla en una hoja, colocando el título          de la lectura, luego responder las   preguntas planteadas, asimismo ponerla            luego en el folder del plan lector y luego enviar una foto del trabajo realizado.

    Recuerda la lectura mejora tu vocabulario y tu expresión.
La abeja haragana
[Cuento - Texto completo.]
Horacio Quiroga


Había una vez en una colmena una abeja que no quería trabajar, es decir, recorría los árboles uno por uno para tomar el jugo de las flores; pero en vez de conservarlo para convertirlo en miel, se lo tomaba del todo.
Era, pues, una abeja haragana. Todas las mañanas, apenas el sol calentaba el aire, la abejita se asomaba a la puerta de la colmena, veía que hacía buen tiempo, se peinaba con las patas, como hacen las moscas, y echaba entonces a volar, muy contenta del lindo día. Zumbaba muerta de gusto de flor en flor, entraba en la colmena, volvía a salir, y así se lo pasaba todo el día mientras las otras abejas se mataban trabajando para llenar la colmena de miel, porque la miel es el alimento de las abejas recién nacidas.
Como las abejas son muy serias, comenzaron a disgustarse con el proceder de la hermana haragana. En la puerta de las colmenas hay siempre unas cuantas abejas que están de guardia para cuidar que no entren bichos en la colmena. Estas abejas suelen ser muy viejas, con gran experiencia de la vida y tienen el lomo pelado porque han perdido todos los pelos de rozar contra la puerta de la colmena.
Un día, pues, detuvieron a la abeja haragana cuando iba a entrar, diciéndole:
-Compañera: es necesario que trabajes, porque las abejas debemos trabajar.
La abejita contestó:
-Yo ando todo el día volando, y me canso mucho.
-No es cuestión de que te canses mucho -respondieron-, sino de que trabajes un poco. Es la primera advertencia que te hacemos.
Y diciendo así la dejaron pasar.
Pero la abeja haragana no se corregía. De modo que a la tarde siguiente las abejas que estaban de guardia le dijeron:
-Hay que trabajar, hermana.
Y ella respondió enseguida:
-¡Uno de estos días lo voy a hacer!
-No es cuestión de que lo hagas uno de estos días -le respondieron-sino mañana mismo. Acuérdate de esto.
Y la dejaron pasar.
Al anochecer siguiente se repitió la misma cosa. Antes de que le dijeran nada, la abejita exclamó:
-¡Sí, sí hermanas! ¡Ya me acuerdo de lo que he prometido!
-No es cuestión de que te acuerdes de lo prometido –le respondieron-, sino de que trabajes. Hoy es 19 de abril. Pues bien: trata de que mañana, 20, hayas traído una gota siquiera de miel. Y ahora, pasa.
Y diciendo esto, se apartaron para dejarla entrar.
Pero el 20 de abril pasó en vano como todos los demás. Con la diferencia de que al caer el sol el tiempo se descompuso y comenzó a soplar un viento frío.
La abejita haragana voló apresurada hacia su colmena, pensando en lo calentito que estaría allí dentro. Pero cuando quiso entrar, las abejas que estaban de guardia se lo impidieron.
-¡No se entra! -le dijeron fríamente.
-¡Yo quiero entrar! -clamó la abejita-. Esta es mi colmena.
-Esta es la colmena de unas pobres abejas trabajadoras -le contestaron las otras-. No hay entrada para las haraganas.
-¡Mañana sin falta voy a trabajar! -insistió la abejita.
-No hay mañana para las que no trabajan -respondieron las abejas, que saben mucha filosofía.
Y diciendo esto la empujaron afuera.
La abejita, sin saber qué hacer, voló un rato aún; pero ya la noche caía y se veía apenas. Quiso cogerse de una hoja, y cayó al suelo. Tenía el cuerpo entumecido por el aire frío, y no podía volar más.
Arrastrándose entonces por el suelo, trepando y bajando de los palitos y piedritas, que le parecían montañas, llegó a la puerta de la colmena, a tiempo que comenzaban a caer frías gotas de lluvia.
-¡Ay, mi Dios! -clamó desamparada-. Va a llover, y me voy a morir de frío.
Y tentó a entrar en la colmena.
Pero de nuevo le cerraron el paso.
-¡Perdón! -gimió la abeja-. ¡Déjenme entrar!
-Ya es tarde -le respondieron.
-¡Por favor, hermanas! ¡Tengo sueño!
-Es más tarde aún.
-¡Compañeras, por piedad! ¡Tengo frío!
-Imposible.
-¡Por última vez! ¡Me voy a morir!
Entonces le dijeron:
-No, no morirás. Aprenderás en una sola noche lo que es el descanso ganado con el trabajo. Vete.
Y la echaron.
Entonces, temblando de frío, con las alas mojadas y tropezando, la abeja se arrastró, se arrastró hasta que de pronto rodó por un agujero: cayó rodando, mejor dicho, al fondo de una caverna.
Creyó que no iba a concluir nunca de bajar. Al fin llegó al fondo, y se halló bruscamente ante una víbora, una culebra verde de lomo color amarillo, que la miraba enroscada y presta a lanzarse sobre ella.   
         CONTINUARÀ…………..      NO SE PIERDAN EL PRÓXIMO CAPITULO         


    ACTIVIDAD

   1.-Contesta las siguientes preguntas:
      a.-¿De quién habla el texto?
      b.-¿Cómo es el personaje del cuento? (descríbela)
      c.- ¿Qué le sucedió al personaje principal de este cuento?
      d.-Dibuja aquello que te haya impresionado de la lectura.

NO TE OLVIDES QUE EN LA PRÓXIMA SESIÓN TERMINAREMOS DE LEER LA LECTURA.

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